INTRODUCCIÓN

En cualquier investigación, sin importar el tema, es fundamental contar con información que realmente sirva para comprender el problema que se quiere estudiar.

Para ello, existen diferentes métodos y pasos que ayudan al investigador a organizar su trabajo y asegurarse de que los resultados obtenidos sean útiles y tengan sentido. Uno de estos pasos es elegir y aplicar técnicas de recolección de información, que son herramientas como entrevistas, encuestas, cuestionarios, observaciones o análisis de documentos.

Su finalidad es obtener datos directamente de las personas o de fuentes relacionadas con el tema, pero de manera ordenada y con un propósito claro.

Sin embargo, recopilar datos no es suficiente; también es necesario asegurarse de que la información sea correcta. Aquí entra el concepto de validez, que se refiere a que el instrumento usado realmente mida aquello que se quiere estudiar.

Dicho de manera sencilla, la validez se pregunta: ¿estoy obteniendo información sobre lo que realmente quiero analizar? Si la respuesta es sí, entonces el instrumento es válido.

Otro punto clave es la muestra. Como en la mayoría de los casos no se puede estudiar a toda la población, se selecciona solo una parte de ella.

Esta porción debe representar fielmente al grupo total para que los resultados puedan generalizarse. La manera en que se elige esta parte se conoce como tipos de muestreo.

Existen diferentes formas de seleccionar la muestra: algunas dan a todas las personas la misma oportunidad de ser elegidas, mientras que otras se basan en características específicas o disponibilidad de los participantes.

También es muy importante que los instrumentos utilizados sean confiables. La confiabilidad significa que, si la prueba o técnica se aplica más de una vez, los resultados obtenidos deben ser similares.

Es decir, no deben cambiar de manera drástica cada vez que se usa el mismo método. La confiabilidad busca evitar que los resultados dependan del azar.

Por último, antes de aplicar definitivamente cualquier instrumento de recolección de datos, se recomienda hacer un piloteo, también llamado prueba piloto. Consiste en aplicar el instrumento de manera previa a un pequeño grupo para verificar que las preguntas estén claras, que se entienda lo que se quiere preguntar y que no haya errores. Si algo no funciona, se ajusta antes de aplicarlo a la muestra real.

En resumen, todos estos elementos forman parte del proceso de investigación.

Las técnicas de recolección permiten obtener datos; la validez asegura que se esté midiendo lo correcto; la muestra y el muestreo ayudan a elegir a quién se estudiará; la confiabilidad garantiza que los resultados sean estables; y el piloteo permite corregir errores antes de aplicar los instrumentos. Trabajando juntos, estos elementos permiten que una investigación sea clara, sólida y útil para responder preguntas y encontrar soluciones.